Ahora que el ruido mediático inicia un lento 'fade-out' es el momento de recordar algunas cosas básicas sobre las actividades pesqueras en Somalia que sólo en webs alternativas a la comunicación oficialista han aparecido.
La no existencia de un estado en el Cuerno de África, en cuyas proximidades se encuentra uno de los más ricos caladeros de pesca, es una oportunidad de oro para las depredadoras potencias pesqueras, entre las que se encuentra España. Allí los 'valerosos' armadores atuneros faenan en aguas libres de aranceles y practican sin desmayo una muy rentable Pesca Ilegal No Declarada y No Reglamentada (IUU, en inglés), bajo el paraguas protector de la Operación Atalanta,
–con una flota superior a 40 buques de guerra– que al contribuyente español cuesta un millón de euros diarios. Los barcos IUUs arrasan anualmente con unos 450 millones de dólares en mariscos y peces de las aguas somalíes.
Estos mares, así como los cercanos a Costa de Marfil, son, por otra parte, algunos de los más conocidos basureros tóxicos gestionados por la Mafia, y ya en 2005 el Programa del Ambiente de Naciones Unidas (UNEP) anunció que el tsunami reventó los contenedores de basura tóxica que hundieron al norte de Somalia, provocando una mortal marea tóxica que aún asola a los somalíes...
Pero esto no importa a nadie. Lo que interesa es que las empresas españolas continúen siendo rentables, cada vez más, y al final poco importa que expolien, exploten, contaminen... siempre que sea allí, en países pobres y alejados, mientras son premiadas aquí por su ecologismo y sostenibilidad, fantástico término que todo disculpa.
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