Gerardo Díaz Ferrán es el ejemplo en el que pueden mirarse todos los empresarios españoles partidarios del ultraliberalismo económico.
Como corresponde a todo ultraliberal, obtuvo su aerolínea de la mismísima SEPI aznarista; consiguió una ayuda estatal de 955 millones de euros para invertir en compra de aviones, pago de deudas, etc., que oportunamente no dedicó a estos objetivos; obtuvo un crédito de Cajamadrid por un importe de 26,5 millones que, por supuesto, no devolvió para el que puso como garantía unas acciones que ya había comprometido con Banesto; tiene una deuda con la Seguridad Social, por impago de cuotas, desde 1996 de otros 16 millones; arrancó una prórroga de 15 meses en la concesión de su línea de autobuses Trapsa de la Comunidad de Madrid, gracias a la cual ha conseguido venderla recientemente; debe los salarios de seis meses a sus trabajadores de Air Comet; y, consecuentemente, considera que Esperanza Aguirre es "cojonuda".
Díaz Ferrán, fiel a su pensamiento y trayectoria, es el presidente de los empresarios españoles y adalid del despido libre.
¿Queda claro?
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