viernes, 18 de diciembre de 2009

Gilipolleces

A veces hay que reconocer que uno se queda corto en sus vaticinios. La previsible escalada de vaciedades a la llegada de los líderes políticos a Hopelesshagen se ha convertido más bien en un concurso de gilipolleces, inauguradas poéticamente por el insigne ZP.

Lo peor no ha sido su apócrifa cita del jefe Seattle ("la Tierra no pertenece a nadie, salvo al viento"), que demuestra la erudición verde-wikipédica de quien elabora sus discursos, sino su reclamación de "una nueva era que sustituya al carbón y al petróleo".

De acuerdo, si no las pronunciara quien acaba de suvencionar al contaminante carbón leonés para las térmicas españolas; quien favorece a las multinacionales petroleras españolas en su depredación de nuevos yacimientos terrestres y submarinos en lo que todavía hoy es tercer mundo; quien cuya única política de renovables consiste en favorecer a las multinacionales de la energía en vez de a los consumidores; quien promueve inútiles, costosas y faraónicas infraestructuras (autopistas, AVE...); quien abandona bosques y humedales (Daimiel, Doñana...); quien continúa colaborando con la destrucción a base de ladrillo y asfalto de las costas españolas; quien suvenciona la compra masiva de automóviles para beneficiar a las trasnacionales fabricantes; quien...

Porque la realidad es esta: la banca forma parte del accionariado de las multinacionales y al tiempo financia sus actividades de exploración, construcción, contaminación...>la banca financia y condona préstamos a los partidos políticos capitalistas de todo occidente (aquí preferentemente al Partido capitalista Popular y al Partido capitalista Obrero Español, a partir de ahora PcP y PcOE), quienes se encargan de las legislaciones favorables y, a través de las administraciones públicas que controlan, de cofinanciar todas las operaciones anteriormente descritas>las multinacionales y la banca, y las administraciones públicas dependientes de PcP y PcOE, financian a los medios de comunicación, quienes se encargan de publicitar sus actividades aunque se permitan suaves licencias críticas que hagan creíble su mensaje>así, los partidos políticos capitalistas logran perpetuarse en el poder y se limitan a establecer mínimas correcciones en el sistema que no lo pongan en peligro.

En resumen: lo que saldrá de Hopelesshagen, en el menos malo de los casos, será "cambia algo, para que nada cambie". Amén.


El jefe Seattle, gran gurú de la Cumbre de Hopelesshagen.

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