El rey Irresponsable (art. 56-3 de la Constitución de 1978) ejerció una vez más de rey Perogrullo con motivo de la escenificación de su mensaje de Navidad.
Dijo todo aquello que podía esperarse: unidad de España, necesidad de acuerdos en política, recuerdo a las víctimas del terrorismo y los soldaditos enviados al matadero de Afganistán, pobrecitos parados, recuperar la economía, sostenibilidad, mi familia y yo... nos vamos corriendo a esquiar a Baqueira.
Sin embargo, no anunció aquello que muchos, algunos, o incluso sólo yo, deseábamos oir: "Españoles, en fecha tan señalada, he tomado la decisión de abdicar en el pueblo español. La familia Borbón devolverá todos los bienes y propiedades que durante siglos hemos arrebatado a los españoles, entre los que se encuentran el producto de las comisiones obtenidas en los últimos años, los fondos depositados en las diversas cuentas corrientes de España y el extranjero, los diferentes palacios y residencias... A partir del 1 de enero de 2010 la familia Borbón abandonará el Palacio de la Zarzuela y se trasladará a un adosado de una urbanización próxima a la capital. Mis hijos y sus cónyuges respectivos abandonarán todas sus actividades, conseguidas gracias a la influencia de la Corona, y se apuntarán al INEM..."
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