Si la incompetencia, la desvergüenza y la habilidad manipuladora de los líderes políticos del mundo mundial no me obligan, cosa que no dudo, esta puede ser la última entrada en este blog sobre la infausta Cumbre del Clima de Hopelesshagen.
Las conclusiones de la cumbre son evidentes: no hay ni compromiso, ni vinculaciones, ni protocolo que valga, se ha consagrado la barra libre de la contaminación. Que cada uno emita lo que quiera.
¡Camarero, una ronda de CO2, que paga el planeta!
Por otra parte, ¿alguien sabe las toneladas de CO2 que se han emitido a la atmósfera durante los 15 días que ha durado la Cumbre? Viajes de técnicos, políticos de tercer, segundo y primer nivel, líderes, seguratas, más técnicos, observadores, periodistas, ONG's... Todos ellos dejando tras sí una huella de carbono que ni una langosta canadiense puesta al día siguiente en el súper de la esquina. Más la calefacción a tope en los hoteles de 5 estrellas de Hopelesshagen, las fuerzas represoras danesas, el movimiento incansable de los blindados antidisturbios, los gases lacrimógenos... La Cumbre del Clima contamina.
Más habría valido, a la vista de los resultados tan faltos de contenido, que hubieran celebrado la cumbre a través del twitter, que sus 140 caracteres bastan y sobran para expresar sus complejos pensamientos y decisiones.
¡que razón tienes, hermano!
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