jueves, 17 de diciembre de 2009

A quién le importa nada

¡Qué más da que al final se produzca un acuedo en Hopelesshagen! Si, como ocurrió con Kioto, será papel mojado y nadie cumplirá lo pactado. Esperan allí, en la antes pacífica Dinamarca, la llegada del mesías Obama, como si este no tuviera bastante con hacer valer su título de Nobel de la Guerra con la colaboración de todos sus aliados occidentales, ZP a la cabeza. Llegará Barak, soltará un magistral y enternecedor discurso, propondrá un acuerdo de mínimos -de mierda, más bien-, repartirá una pasta para continuar con la política caritativa y hasta la próxima.

Pero algo se puede extraer de positivo de cumbres como esta: cualquiera que sepa leer entre líneas las informaciones de los medios de comunicación del establishment podrá fácilmente los grandes esfuerzos que realizan los gobiernos para sustraer el debate a los ciudadanos y excluirles del mismo.

Uso indiscriminado de las fuerzas represivas, utilización de eslóganes descalificantes, grandilocuentes gestos de preocupación, expresión de vagas intenciones, manipulación informativa... todo vale con tal de que las multis sigan contaminando o financiemos su transformación en empresas menos contaminantes.

PD.- Especialmente significativas las declaraciones del gran patrón español de las renovables, el muy contaminante Sánchez Galán: los consumidores deben acostumbrarse a "pagar más..." con la boca grande. Y con la chica: "a consumir menos".

1 comentario:

  1. Acertado, afilado, y real como (por desgracia) la vida misma el post.
    Suscribo todo y tengo la impresión que te has mordido la lengua y apresado tus dedos. Me gustó, por certera, la frase de Hugo Chavez. Cuánta razón tiene, por desgracia.
    Un abrazo!!!

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